lunes, 23 de febrero de 2009

CREDITO

El martes pasado el gran diario argentino informó sobre la financiación a multinacionales por parte de los bancos privados de nuestro país. Citando a un vocero oficioso, este explicó que las entidades financieras están encantadas de ofrecer dinero a tales empresas, pues la plaza local tiene un volumen de depósitos alto que permite una oferta financiera importante. El origen de estos fondos prestables es el ahorro de los clientes de éstos bancos, particulares, profesionales, comercios, pymes, etc. que llevan sus dineros a plazo fijo para obtener una renta en pesos o dólares, según la moneda elegida para el caso. El banco paga un interés por obtener ese dinero y otro mayor por prestarlo. A trazo grueso y sin entrar en particularidades que no cambian la cuestión, le presta el dinero de los clientes argentinos a empresas extrajeras, las que proveyendo bienes o servicios en nuestro país, pagan los préstamos, obtienen un beneficio y los giran a sus casas centrales para la distribución a sus accionistas. Es decir que merced a nuestros ahorros, estas empresas financian sus actividades y ganan sus dineros.
Hace muchos años, pequeños comerciantes, talleristas, profesionales, ahorristas, lo que en la jerga financiera se conoce como chiquitaje, descubrieron que los bancos les prestaban a éstas empresas, pero no a ellos, y es así como nacen las cajas de crédito, las cooperativas formadas por gran cantidad de particulares, pymes, mypes, agroproductores, cooperativas de provisión de servicio, para que los fondos que se juntaban fuesen a las manos de sus verdaderos dueños. Tan es así, que cuando se piensa en un verdadero desarrollo económico sustentable, que cree empleo genuino, desarrollando recursos regionales, agregando valor a la producción primaria, ayudando a cada comunidad, distribuyendo el capital, no puede dejar de pensarse sino en un sistema financiero que haga que el ahorro de los argentinos sirva para el desarrollo de nuestro país y no para el negocio de las empresas extranjeras.
De igual modo, la banca oficial ha servido para el fomento de la producción, y el consumo de las clases populares, desarrollando entidades como el Banco Hipotecario Nacional, de crédito para la vivienda, recuperado por el gobierno de Néstor Kirchner, la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, o el Banco Nacional de Desarrollo, enfocado al fianciamiento de las economías regionales, los bancos provinciales, enajenados durante el menemismo en beneficio de bancos extranjeros, herramientas todas que al servicio de una política financiera nacional fueron importantes en el intento de hacer un país económicamente libre.
Así, sería bueno saber qué encuentran de auspicioso los escribas del gran diario argentino en que los bancos privados de capital transnacional le puedan prestar fondos a las empresas que giran sus ganancias al exterior, como por ejemplo (oh, casualidad!) las semilleras que estuvieron y están tras el conflicto entre el país y la Sociedad Rural.

martes, 10 de febrero de 2009

POLITICA

La cosa es más a menos así: los señores que aparecen en televisión, que hablan por radio, y los que escriben en diarios y revistas, hacen más o menos esto: descreen de todo lo que sea político, ya sea una ley, una medida, una convocatoria, una opinión. Y a la vez, siembran dudas, sobre el exponente, y sobre la política en general. Así, no queda solución posible para los problemas de la gente común, que no sea el indignarse cada vez que por cada uno de los medios de difusión enunciados se les indica. ¿En qué consiste este descreimiento? En que los políticos son todos ladrones, en que se deciden cosas a espaldas del pueblo, en que se elige para tal o cual cargo a una persona de la cual se debe dudar en cuanto a su capacidad. Ninguno de estos exponentes del cinismo y la desesperanza cree necesario demostrar nada de lo que dice. Basta con insistir y ridiculizar para el aplauso fácil de los que circundan la mesa de redacción, o los que se manifiestan por correo electrónico o por teléfono, energúmenos cuidadosamente seleccionados por los productores del caso, resentidos declarados o ignorantes persistentes, para regocijo del locutor, autor o periodista que llama a esto "la voz de la gente" (no del pueblo, palabra que suena demasiado populista).Lo que ninguno de estos comunicadores sociales pone jamás en duda es la moralidad y entereza de sus empleadores y anunciantes. Por ningún motivo a estos asalariados de oligopolios se les ocurriría denunciar cosa alguna que alcanzase a sus patrones o favorecedores, y sobran ejemplos de ello: en ninguna edición de Clarín se menciona la añeja oposición de la dueña del medio de negarse a que sus hijos adoptivos se sometan a un examen que aclare su filiación como cualquier hijo de vecino. De igual modo, mientras defienden una libertad de prensa sui generis que hace que casi nadie tenga acceso a publicar sus ideas, no se les ocurre cuestionar por qué el poder del periodismo se concentrar en tan pocas manos. En tanto que critican la asignación de la publicidad estatal, jamás emiten opinión sobre la pauta publicitaria de sus medios, que les paga el sueldo para defender tales intereses. Como los periodistas deportivos hablando de transparencia en el fútbol mientras hablan por los micrófonos que el monopolio TyC arregló con el dueño de la AFA. Como los diarios que editan noticias agropecuarias auspiciados por los emporios semilleros trasnacionales, principales beneficiarios de la exportación de soja que ningún argentino come. Pero eso sí, siembran dudas sobre la capacidad y honorabilidad de la política, como si fueran autoridades morales intachables, sembrando el escepticismo que beneficia a sus empledores, amigos y favorecedores, los únicos que salen indemnes de sus diatribas, porque así, si la política no sirve, si son todos ladrones,si no hay esperanza, si todo da igual, si afanar, drogarse, mentir, ser inculto, vago, iletrado, vulgar, rebelde al cohete, iconoclasta, es mejor que ocuparse de resolver la cuestión política, si es así, digo, los jóvenes rebeldes de las radios FM, las periodistas con trayectoria de las AM, los columnistas intachables de los diarios grandes, crónicos y nacionales, los editores de revistas rockeras de licencia extranjera, los cómicos revisteriles, los directores de programacion y entretenedores de la TV, los analistas económicos y asesores diversos festejaran el día en que la realidad se definitivamente asunto de los intereses que representan y con los que se llenan de guita, y la Patria, una cuestión olvidada.