sábado, 1 de noviembre de 2008

GESTOS

El conductor revolea los ojitos claros y esboza una sonrisa. Acaba de mencionar un asunto de dominio público, del que todos hemos oído pero que no conocemos en profundidad. Entonces, su gesto es un editorial. Descalifica al personaje implicado: su gesto puede decir "es mentira", "es un ladrón", "es maricón", cualquiera de la posibilidades que como televidentes entrenados sabemos identificar. El lo sabe y así hace su programa, de importante rating, formando opinión política y social, cosa que negará si se lo preguntan, pero que bien sabe. También lo hará en su programa de radio, el más importante de la mañana, donde hay menos guiños, pero más palabras. Así el conductor de los ojitos claros seguirá siendo el refrente ideológico de otra generación más, nos seguirá entreteniendo y educando desde la pantalla y el auricular, aunque lo niegue, aunque haga como que no le importa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo peor es cuando esas agachadas a cámara vienen del lado "progre" que la vende de rebelde o contestatario, cero huevos y un flan ideológico para distraidos.
En eso hay que reconocerle sinceridad al "Edu" Feimmann, que no niega nada y lo dice todo.
Me trae ternura aquella entrevista del primate rentado de Hadad al ministro Gines González García sobre el conflicto en el Francés creo, en fin, en la Sanidad.
El "Edu" le preguntó al ministro si sabía de infiltrados marxistas en las filas de los trabajadores, en la interna gremial, en las asambleas... en fin.
Gines lo miró, no podía creer lo que escuchaba y dijo: "Hay personas con ideas diversas con las que comparto algunas cosas y otras no. Por favor..."
"Bueno... -le saltó el "Edu" a la yugular al obeso y simpático funcionario que por cierto no tiene un pelo de boludo, pisando el acelerador- ... ¡dé los nombres, quiénes son... haga nombres!".
Gines casi largó una risotada y hasta llegó a sonrojarse, creo, quizá por sentir verguenza ajena ante tamaño vigilante, ante la inducción artera a la ortibada asquerosa en la que el ministro no entró.
Estilo, el del "Edu", mezcla de servicio y guardiacárcel, imposibilitado él de mirar a cámara y mandarse por lo gestual pero fiel a su temperamento interrogador y de buche solapado.
Cuestión de matices, digo, pero siempre para el mismo lado.
El segundo al aire desde los medios hoy es ejercicio de poder jugandose en discurso, en omisión, en encubrimiento, en mala leche, desde el gatillo de la palabra, desde la inducción encubierta, desde la descalificación gestual del conductor de ojitos claros que ya debe tener sus billetes en Uruguay o las Islas Caimán, mientras sigue jugando a las señas de truco ante mucha teleplatea dopada de rayos catódicos, suerte de pasta base a domicilio en grajeas diarias.

Leo Carballo dijo...

Anónimo querido,siempre certeras tus apreciaciones,y muy valioso el dato sobre el sujeto que mencionás, que no me atrevo a nombrar para no soñar de noche, yo que siempre me duermo contando Lanatas.