lunes, 13 de julio de 2009

POBREZA

La Iglesia católica a través de su vocero Monseñor Jorge Casaretto advierte que la pobreza ha vuelto a crecer y ha reclamado la discusión del tema en el diálogo convocado por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández. La loable actitud de la institución que más ha colaborado con la construcción de un sistema social basado en la desigualdad, producto de su ideología retrógrada, de la constitución de su jerarquía con miembros de las clases sociales acomodadas, o de sus adláteres medio pelo, del sostenido combate que sostuvo y sostiene contra las ideas progresistas en su seno, es bandera política de la oposición: así, los voceros y representantes del combo conservador que ganó las últimas elecciones legislativas (SI, las ganó) salen al ruedo apoyando el reclamo eclesiástico como si fuera la luz de un faro en la oscuridad.
Sería interesante, ya que la Iglesia católica se postula como defensora de los pobres, que les recordara a tales políticos que apoyaron a la Sociedad Rural y sus seguidores sojeros en la lucha contra el reparto de la riqueza, que de eso se tratan las retenciones, evitando que la economía se concentre en el sector agropecuario, concentración que es histórica en este país, y a la vez, es la madre de la desigualdad que fabrica pobres. O que les recuerde a los empresarios y patrones, sean creyentes o no, que evadir cargas sociales desprotege la salud de los trabajadores y el futuro de jubilados y pensionados; tanto como pagar salarios escasos y con atraso.
Tal vez sería la oportunidad de hacer una mea culpa de todas las veces que apoyaron a gobiernos que hicieron de un país rico una olla de necesidades con sus políticas curiosamente conservadoras en lo político y liberales en lo económico, sin que se les cayera un sólo arrepentimiento. O de la difusión del oscurantismo del que hacen gala, por lo menos desde el tiempo de Galileo, hasta la infortunada frase de monseñor Aguer que quería arrojar al mar al ministro de salud que se ocupó en serio de la salud reproductiva de la población, Ginés Gonzáles, y no fue repudiado por la jerarquía, pues estaban de acuerdo con él.
Digo, como para hacer algo creíble de una preocupación seria que tenemos muchos argentinos y que la Iglesia católica parece creer que es importante según sea el signo del gobierno de turno.

3 comentarios:

Fernando Terreno dijo...

Hay una pintada sobre la Avda. Federico Lacroze que dice: "La única iglesia que ilumina es la que arde".

Es una frase algo "inflamada", pero tiene ciertas facetas que podrían acercarse a la verdad...
(Observá el tono ambiguo y jesuítico de mi comentario, merezco estar estudiando diplomacia con Monseñor...)

Un abrazo
Fernando

Leo Carballo dijo...

Fer, considero que tu comentario glosa necesariamente mi nota, como es tu costumbre. Otro abrazo.

Anónimo dijo...

Nada nuevo bajo el sol.
Estos cuervos son así: cuando pinta un comepibes como Grassi hacen "silencio de radio" y cuando surgen dentro de sus filas tipos copados, de base, consecuentes, comprometidos... los persiguen, los denuncian, hacen listas, llaman a las botas...
¡Aguante la pira, el bidón, aguante... viejita!

PD: Sólo quise sacar un poco de solemnidad al asunto. Sorry.
Un abrazo.

León