Con la efectividad que lo caracteríza el grupo Prisa, dueño de Radio Continental, ha despedido a Alejandro Apo, periodista histórico de la emisora que conformase junto a Víctor Hugo Morales a dos brillantes opinadores de fútbol, y por sí solo, autor de notables programas como Todo con Afecto y Donde quieras que Estés, por la misma emisora, en donde la literatura y el deporte se juntaban elegantemente con la sensibilidad de Alejo para decir, acompañándo la selección de textos y voces con excelente música popular. Pero se le ocurrió a Apo, en ejercicio de su libre albedrío apoyar el proyecto del ley de medios audiovisuales que el gobierno nacional impulsa, para que la reacción (nunca mejor utilizada la palabra) del grupo español fuera terminar con el contrato del artista radial, con el impedimento de ingresar a la emisora y de emitir el último programa.
De esta situación ningún medio de los grupos concentrados se hizo eco. Claro, no podrían. Ellos se dedican a ocultar, no a informar.
La comisión gremial interna del diario Crónica intenta negociar en paritarias con su patronal, pero ésta contesta con despidos y apretes de matones en las asambleas, telegramas de apercibimiento contra los periodistas que participan de las mismas, y genera un clima de despido inminente para correr el eje de la discusión salarial hacia el de la reincorporación.
Y de ésta situación tampoco se hacen eco los grupos mediáticos hiperconcentrados.
Cabe preguntarse ¿qué es una noticia para los medios de difusión? ¿de qué se trata la información para ellos? ¿cuándo se presigue a un periodista? ¿qué son los derechos de los trabajadores?
Y como respuesta se escuchará la habitual en los dueños de la realidad periodística.
El silencio.
domingo, 19 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
POBREZA
La Iglesia católica a través de su vocero Monseñor Jorge Casaretto advierte que la pobreza ha vuelto a crecer y ha reclamado la discusión del tema en el diálogo convocado por el gobierno de la presidenta Cristina Fernández. La loable actitud de la institución que más ha colaborado con la construcción de un sistema social basado en la desigualdad, producto de su ideología retrógrada, de la constitución de su jerarquía con miembros de las clases sociales acomodadas, o de sus adláteres medio pelo, del sostenido combate que sostuvo y sostiene contra las ideas progresistas en su seno, es bandera política de la oposición: así, los voceros y representantes del combo conservador que ganó las últimas elecciones legislativas (SI, las ganó) salen al ruedo apoyando el reclamo eclesiástico como si fuera la luz de un faro en la oscuridad.
Sería interesante, ya que la Iglesia católica se postula como defensora de los pobres, que les recordara a tales políticos que apoyaron a la Sociedad Rural y sus seguidores sojeros en la lucha contra el reparto de la riqueza, que de eso se tratan las retenciones, evitando que la economía se concentre en el sector agropecuario, concentración que es histórica en este país, y a la vez, es la madre de la desigualdad que fabrica pobres. O que les recuerde a los empresarios y patrones, sean creyentes o no, que evadir cargas sociales desprotege la salud de los trabajadores y el futuro de jubilados y pensionados; tanto como pagar salarios escasos y con atraso.
Tal vez sería la oportunidad de hacer una mea culpa de todas las veces que apoyaron a gobiernos que hicieron de un país rico una olla de necesidades con sus políticas curiosamente conservadoras en lo político y liberales en lo económico, sin que se les cayera un sólo arrepentimiento. O de la difusión del oscurantismo del que hacen gala, por lo menos desde el tiempo de Galileo, hasta la infortunada frase de monseñor Aguer que quería arrojar al mar al ministro de salud que se ocupó en serio de la salud reproductiva de la población, Ginés Gonzáles, y no fue repudiado por la jerarquía, pues estaban de acuerdo con él.
Digo, como para hacer algo creíble de una preocupación seria que tenemos muchos argentinos y que la Iglesia católica parece creer que es importante según sea el signo del gobierno de turno.
Sería interesante, ya que la Iglesia católica se postula como defensora de los pobres, que les recordara a tales políticos que apoyaron a la Sociedad Rural y sus seguidores sojeros en la lucha contra el reparto de la riqueza, que de eso se tratan las retenciones, evitando que la economía se concentre en el sector agropecuario, concentración que es histórica en este país, y a la vez, es la madre de la desigualdad que fabrica pobres. O que les recuerde a los empresarios y patrones, sean creyentes o no, que evadir cargas sociales desprotege la salud de los trabajadores y el futuro de jubilados y pensionados; tanto como pagar salarios escasos y con atraso.
Tal vez sería la oportunidad de hacer una mea culpa de todas las veces que apoyaron a gobiernos que hicieron de un país rico una olla de necesidades con sus políticas curiosamente conservadoras en lo político y liberales en lo económico, sin que se les cayera un sólo arrepentimiento. O de la difusión del oscurantismo del que hacen gala, por lo menos desde el tiempo de Galileo, hasta la infortunada frase de monseñor Aguer que quería arrojar al mar al ministro de salud que se ocupó en serio de la salud reproductiva de la población, Ginés Gonzáles, y no fue repudiado por la jerarquía, pues estaban de acuerdo con él.
Digo, como para hacer algo creíble de una preocupación seria que tenemos muchos argentinos y que la Iglesia católica parece creer que es importante según sea el signo del gobierno de turno.
lunes, 6 de julio de 2009
ANGELITO
No se pudo. Se hizo todo lo posible, pero no se pudo. Resulta que un par de salames, para no pensar mal, tomaron las decisiones equivocadas en el peor momento.
Y el mérito no fue ese juego que despectivamente los que no entienden llaman tiki tiki. No, fue todo el conjunto que hizo de un equipito un cuadro de fútbol orgullo de hinchas propios, ganando el respeto de los rivales. En la estética también hay una ética, jugar bien al fútbol no es sólo tocar la pelota, es ser solidario con los compañeros, respetuoso del rival, efectivo para definir, pícaro para desorientar, fuerte para marcar, inteligente para prever, pensando en el juego, jugando con la cabeza para que los pies sepan qué hacer.
Pero se juntan un juez lerdo y un línea gil y te dejan sin campeonato.
Angelito, tu dignidad en la derrota es sólo comparable con tu idoneidad en tu oficio, el de entrenador, el laburo de hacer jugar a la pelota, para que el fútbol siga siendo un juego.
El negocio del fútbol no quiere tipos como vos, y a algunos que juegan como a vos te gusta, los llama soberbios. Qué coincidencia ¿no?. Nunca hablan de méritos, sino de sobrebia.
No soy hincha de Huracán, pero no quería dejar pasar este asunto como si fuera apenas un dato estadístico. Alguien hace las cosas bien, pero no alcanza para el campeonato, porque juegan unos salames su papel de arruinafiestas.
Igual, vos sabés que hiciste bien. Y no necesitás que nadie te lo diga.
Y el mérito no fue ese juego que despectivamente los que no entienden llaman tiki tiki. No, fue todo el conjunto que hizo de un equipito un cuadro de fútbol orgullo de hinchas propios, ganando el respeto de los rivales. En la estética también hay una ética, jugar bien al fútbol no es sólo tocar la pelota, es ser solidario con los compañeros, respetuoso del rival, efectivo para definir, pícaro para desorientar, fuerte para marcar, inteligente para prever, pensando en el juego, jugando con la cabeza para que los pies sepan qué hacer.
Pero se juntan un juez lerdo y un línea gil y te dejan sin campeonato.
Angelito, tu dignidad en la derrota es sólo comparable con tu idoneidad en tu oficio, el de entrenador, el laburo de hacer jugar a la pelota, para que el fútbol siga siendo un juego.
El negocio del fútbol no quiere tipos como vos, y a algunos que juegan como a vos te gusta, los llama soberbios. Qué coincidencia ¿no?. Nunca hablan de méritos, sino de sobrebia.
No soy hincha de Huracán, pero no quería dejar pasar este asunto como si fuera apenas un dato estadístico. Alguien hace las cosas bien, pero no alcanza para el campeonato, porque juegan unos salames su papel de arruinafiestas.
Igual, vos sabés que hiciste bien. Y no necesitás que nadie te lo diga.
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