¿Son los blogs, las iniciativas de los usuarios de la web, una amenaza a las libertades públicas, una suerte de virulenta “guerrilla comunicacional” que pone en riesgo la ética republicana, la salud mental de nuestros niños, la misma esencia de la argentinidad, cual un signo más de la “inseguridad” tantas veces cacareada por los canales de aire en TV?
Porque resulta que este parece ser el nuevo yeite que ya están echando a rodar los dueños de la torta, la benemérita curia, la SRA, los empresarios, y que repetirán cual cotorra quienes no quieren salir de la comodidad de tomar para sí las frases hechas disparadas desde los bunkers del monopolio. El mismo que no se cansa de contarnos en las últimas horas una y otra vez, con mucho ahínco y dedicación, que en la Venezuela de Chávez la implementación activa de una política educativa que cultiva y acentúa en su curricula el discernimiento de los niños al abordar los contenidos de los mensajes de los medios masivos es un peligro para la endeble psiquis de los educandos.
De allí lo de “guerrilla comunicacional”, término que los amanuenses de los medios de la oligarquía local no tardarán seguramente en adoptar para referirse a quienes se permiten en la red y por emprendimiento personal o grupal, elaborar un mensaje a través de los blogs, en los que se disienta con el pescado podrido que a diario nos tiran sobre la mesa los defensores del viejo orden: los mismos que en los 70 con la dictadura y en los 90 durante el menemato celebraron la entrega del patrimonio nacional, sobre 30.000 desaparecidos en el primer caso y con una traición histórica al voto popular en el segundo.
La reciente embestida desde una editorial, días pasados, del matutino “Clarín”, contra el emprendimiento de muchísimos ciudadanos por intermedio de blogs en Internet para diversificar y democratizar las voces en la cadena de medios, dejó al desnudo una vez más la naturaleza bestial y genocida del nefasto monopolio.
Arrinconado ante el inminente desencadenante del caso de apropiación de menores de la que es responsable su dueña, la señora Ernestina Herrera de Noble, el tradicional matutino, con una plantilla de periodistas devenidos en una caterva miserable de operadores y crápulas rentados, no deja de tirar zarpazos al aire con la desesperación de quien se sabe descubierto en sus miserias. Estas, vertebradas como discurso único, extienden sus seudópodos en radio y TV, con editoriales lamentables sustentadas por una oposición política al gobierno de Cristina Fernández y que, vacía de ideas y con referentes vergonzantes en casi todo su abanico ideológico, se ha encolumnado detrás del monopolio, quedando atrapada en su propia contradicción.
Así, el mayor multimedio del país, que aglutina tras de sí una inmensa constelación de repetidoras de su discurso destituyente y tendencioso, ha dejado al descubierto la amenazante hilacha de su oscura naturaleza, la misma que llevó en su génesis a su dueña a pactar con la dictadura de Videla la casi exclusividad de la propiedad y administración de papel prensa en 1976 a cambio de ser el sustento informativo e ideológico de la más sangrienta dictadura de que se tenga memoria.
Una hilacha que se pretenderá soga, si la dejamos engrosarse y avanzar, para intentar ahogar los sueños de una patria que pide a gritos la participación de sus hijos en el compromiso de su vida cotidiana.
Daniel Goñi